II

No sé si pueda hablarte,

las palabras no vienen fácil a mí,

pues ya enmudeces mi corazón y mi razón,

o quizá mi alma de tanta tristeza ya no desea hablar. 

Sé que fui un estúpido, lo sé,

y creo que ya no me perdonarás,

es triste para mi llamarte y hablar,

pues deseo decirte mi amor y no hola, como estás. 

Me gustaría decirte tantas cosas,

cosas que en su momento temí mencionar,

pues tú no sabes que mi inocencia contigo ha de descansar,

y que todo lo que hice nadie me lo enseñó,

tu hiciste que brotase de mí en forma natural. 

Gracias a ti yo he vuelto a amar,

pero gracias a tu orgullo temo decírtelo,

hay quienes me dicen que hable contigo,

pero que saben ellos de lo difícil que es para mí,

pues prefiero amarte en silencio,

al tormento de tener el valor que pueda destrozar mi corazón. 

Pero si tú sientes lo mismo o algo similar,

no temas en decírmelo,

pues te recibiré con una gran sonrisa,

con los brazos y el corazón abiertos,

no para volver a la relación,

sino para empezar todo de nuevo